¿Quiénes son estos estúpidos chamaquitos que buscan a María? Tres jovencitos poblanos jugando a detectives. Creo que nadie les enseñó a no jugar con fuego. Remigio G., Sonia L., Lina S.
Ya tengo a gente haciéndoles marcaje personal, investigando hasta su cartilla de vacunación.
A mí ni me importa ni me preocupan, pero María no es quien es por descuidar detallitos. Y ellos ya están sobre la pista. Ya saben que María existe (el mejor truco del diablo es convencer a todos de que no existe) y eso es peligroso. Prueba de la importancia con que María está tratando a estos amateurs curiosos es que me haya encomendado a mí, su brazo derecho.
Como que por ella abandoné una carrera que empezó muy exitosamente. Pero ha valido la pena. Su nombre me ha dado más poder e influencia del que hubiera tenido nunca como cantante. Tanto que si quisiera podría retomar mi carrera y que todos creyeran que Elvis había revivido.
Estos chicos ya están sacando nombres de otros empleados de María: Luis, Raúl, Valentín, Emilio, aunque todavía creen que ella trabaja para ellos. Ja. Idiotas. Sería buena idea hacerlos seguir por ese camino y que pierdan interés. Tal vez no sea necesario eliminarlos. Pobres chicos. Ni valen la pena.
Lo importante es que Francisco Gattorno vea pronto a María. Es el único en quien confío para este asunto.
Bueno. Creo que ya es hora de pedir mi masaje y mi aperitivo. Y dejar pasar a un lambiscón.
Como que soy Oscar Athié.
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