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Los detectives silvestres
De manera casi simultánea, Remigio y Sonia sacaron sus laps. Remigio la solía llevar a todos lados y Sonia venía del trabajo y su paranoia le había impedido dejarla en el coche. Sonia, acostumbrada a quemar el tiempo que tardaba su computadora en resucitar, preguntó:
-¿Tendrán internet en Viernes Entero Ensaladas? La decoración y el uso del lenguaje no son una buena señal.
Lina jugando con el papel que había salido del sobre de Patxi dijo casi al mismo tiempo
-Yo sigo sin entender la prisa, creo que la pista es tan absurda como el resto de esta empresa. Tantas referencias a Acapulco y a one hit wonders no me dan demasiada confianza.
-Pues yo estoy tratando de decidir si me dejo arrastrar por este síndrome de Arturo Belano y Ulises Lima con un toque de televisa y todo su patetismo.
-No finjan, las conozco bien y ya están casi tan intrigadas como yo -les dijo Remigio y dirigiéndose a la mesera que traía la décima ronda de café infame, imploró: -¡Dígame que sí tienen internet!
-Ay joven, pues le voy a quedar mal...
En ese momento un hombre corpulento y vestido como cantante grupero se acercó a la mesa y casi gritando corrigió a la mesera:
-¡No, Yakarly, No! Damitas, joven, de antemano les pido que disculpen a la muchacha. Puesto que es nueva aquí, no está enterada de que hasta el año pasado teníamos servicio de todo lo que vendría siendo el café interné o cibercafé que le dicen. Así que les tengo una noticia buena y una mala: sí tenemos internet, pero desafortunadamente no es inalámbrico.
Sonia saltó hacia su portafolios diciendo:
-Ni tan mala, yo siempre traigo un cable de red -y ya con él en la mano se dirigió al hombre -¿En dónde me conecto?
Siguió las indicaciones del grupero haciendo equilibrios con su computadora, su bolsa, el cable de red y los cigarros. Lina se levantó con su café y Remigio las siguió con el suyo, el de Sonia, una pluma y una libreta envuelta en celofán. Se sentaron en la mesa más cercana a la conexión señalada y mientras se abría youtube, Remigio desenvolvió una Moleskine mediana.
Con una extraña combinación de expectación e incredulidad vieron en la pantalla a Andrea Legarreta y Emmanuel presentar a Guillermo Guido de Argentina y su canción "Amar es tan simple" en el festival OTI del año 2000. Mientras veían la balada genérica y plenamente OTI, Remigio empezó a anotar frenéticamente en la libreta. Casi al final del video, Lina se volteó a buscar un cenicero y dio un brinco al descubrir que el hombre que pedía disculpas de antemano los había seguido y estaba viendo el video con la misma atención que ellos y con cara de pocos amigos.
Lina quiso disimular el sobresalto y le pidió la cuenta. Remigio se dirigió a Sonia en francés, como solía hacerlo cuando estaba borracho o muy nervioso:
-Chérie, il faut s'en aller... Vite
Torpemente pagaron, recogieron sus cosas y salieron corriendo hacia el coche de Sonia. Una vez adentro y con los seguros puestos, pudieron hablar:
-Esto no me gusta... y eso es suficiente. Me siento protagonista de una novela de Agatha Christie, me anoto, busquemos a María Pantera.
-Sabía que esto se iba a poner intenso.
-Vendido: empieza oficialmente la cacería de Cesárea Tinajero en vestido azul de lentejuelas. Seamos los detectives silvestres. Ahora, necesitamos internet y mezcal.
Y mientras lo decía, Sonia arrancó el coche y se dirigió al lugar que los tres sabían que era su siguiente parada obligada.
-¿Tendrán internet en Viernes Entero Ensaladas? La decoración y el uso del lenguaje no son una buena señal.
Lina jugando con el papel que había salido del sobre de Patxi dijo casi al mismo tiempo
-Yo sigo sin entender la prisa, creo que la pista es tan absurda como el resto de esta empresa. Tantas referencias a Acapulco y a one hit wonders no me dan demasiada confianza.
-Pues yo estoy tratando de decidir si me dejo arrastrar por este síndrome de Arturo Belano y Ulises Lima con un toque de televisa y todo su patetismo.
-No finjan, las conozco bien y ya están casi tan intrigadas como yo -les dijo Remigio y dirigiéndose a la mesera que traía la décima ronda de café infame, imploró: -¡Dígame que sí tienen internet!
-Ay joven, pues le voy a quedar mal...
En ese momento un hombre corpulento y vestido como cantante grupero se acercó a la mesa y casi gritando corrigió a la mesera:
-¡No, Yakarly, No! Damitas, joven, de antemano les pido que disculpen a la muchacha. Puesto que es nueva aquí, no está enterada de que hasta el año pasado teníamos servicio de todo lo que vendría siendo el café interné o cibercafé que le dicen. Así que les tengo una noticia buena y una mala: sí tenemos internet, pero desafortunadamente no es inalámbrico.
Sonia saltó hacia su portafolios diciendo:
-Ni tan mala, yo siempre traigo un cable de red -y ya con él en la mano se dirigió al hombre -¿En dónde me conecto?
Siguió las indicaciones del grupero haciendo equilibrios con su computadora, su bolsa, el cable de red y los cigarros. Lina se levantó con su café y Remigio las siguió con el suyo, el de Sonia, una pluma y una libreta envuelta en celofán. Se sentaron en la mesa más cercana a la conexión señalada y mientras se abría youtube, Remigio desenvolvió una Moleskine mediana.
Con una extraña combinación de expectación e incredulidad vieron en la pantalla a Andrea Legarreta y Emmanuel presentar a Guillermo Guido de Argentina y su canción "Amar es tan simple" en el festival OTI del año 2000. Mientras veían la balada genérica y plenamente OTI, Remigio empezó a anotar frenéticamente en la libreta. Casi al final del video, Lina se volteó a buscar un cenicero y dio un brinco al descubrir que el hombre que pedía disculpas de antemano los había seguido y estaba viendo el video con la misma atención que ellos y con cara de pocos amigos.
Lina quiso disimular el sobresalto y le pidió la cuenta. Remigio se dirigió a Sonia en francés, como solía hacerlo cuando estaba borracho o muy nervioso:
-Chérie, il faut s'en aller... Vite
Torpemente pagaron, recogieron sus cosas y salieron corriendo hacia el coche de Sonia. Una vez adentro y con los seguros puestos, pudieron hablar:
-Esto no me gusta... y eso es suficiente. Me siento protagonista de una novela de Agatha Christie, me anoto, busquemos a María Pantera.
-Sabía que esto se iba a poner intenso.
-Vendido: empieza oficialmente la cacería de Cesárea Tinajero en vestido azul de lentejuelas. Seamos los detectives silvestres. Ahora, necesitamos internet y mezcal.
Y mientras lo decía, Sonia arrancó el coche y se dirigió al lugar que los tres sabían que era su siguiente parada obligada.
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